Components
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- Glóbulos rojos: transportan oxÃgeno.
- Glóbulos blancos: combaten infecciones.
- Plaquetas: ayudan a detener el sangrado.
- Plasma: transporta nutrientes y hormonas.
Glóbulos rojos
Los glóbulos rojos son células sanguÃneas que transportan oxÃgeno desde los pulmones al resto del cuerpo. Tienen forma de disco y son de color rojo debido a la hemoglobina, una proteÃna que se une al oxÃgeno. Cada glóbulo rojo contiene millones de moléculas de hemoglobina, que pueden transportar grandes cantidades de oxÃgeno.
Los glóbulos rojos se producen en la médula ósea, que se encuentra dentro de los huesos. Se liberan al torrente sanguÃneo cuando están maduros y circulan por el cuerpo durante unos 120 dÃas. Después, son destruidos por el bazo y el hÃgado.
El número de glóbulos rojos en la sangre se regula por la eritropoyetina, una hormona producida por los riñones. Cuando el nivel de oxÃgeno en la sangre es bajo, los riñones producen más eritropoyetina, que estimula la médula ósea para producir más glóbulos rojos.
Los glóbulos rojos son esenciales para la vida. Sin ellos, el cuerpo no podrÃa obtener el oxÃgeno que necesita para funcionar.
Glóbulos blancos
Los glóbulos blancos son células sanguÃneas que protegen al cuerpo de las infecciones. Hay varios tipos diferentes de glóbulos blancos, cada uno de los cuales tiene una función especÃfica.
- Neutrófilos: Son los glóbulos blancos más comunes. Combaten las infecciones bacterianas.
- Linfocitos: Hay dos tipos de linfocitos: células B y células T. Las células B producen anticuerpos, que son proteÃnas que atacan a las bacterias y los virus. Las células T destruyen las células infectadas.
- Eosinófilos: Combaten las infecciones parasitarias.
- Basófilos: Liberan histamina, una sustancia que ayuda a combatir las infecciones y las reacciones alérgicas.
- Monocitos: Se convierten en macrófagos, que son células que engullen y destruyen las bacterias y otros materiales extraños.
Los glóbulos blancos son esenciales para la salud. Sin ellos, el cuerpo no podrÃa combatir las infecciones.
Plaquetas
Las plaquetas son pequeñas células sanguÃneas que ayudan a detener el sangrado. Cuando un vaso sanguÃneo se daña, las plaquetas se adhieren al sitio de la lesión y forman un coágulo. El coágulo detiene el sangrado y permite que el vaso sanguÃneo se cure.
Las plaquetas también liberan sustancias quÃmicas que ayudan a contraer los vasos sanguÃneos y a reducir el flujo de sangre. Esto también ayuda a detener el sangrado.
Las plaquetas se producen en la médula ósea y circulan por el torrente sanguÃneo durante unos 10 dÃas. Después, son destruidas por el bazo y el hÃgado.
El número de plaquetas en la sangre se regula por la trombopoyetina, una hormona producida por los riñones. Cuando el nivel de plaquetas en la sangre es bajo, los riñones producen más trombopoyetina, que estimula la médula ósea para producir más plaquetas.
Las plaquetas son esenciales para la hemostasia, el proceso por el cual el cuerpo detiene el sangrado. Sin plaquetas, el cuerpo no podrÃa controlar el sangrado y las personas morirÃan incluso por heridas menores.
Plasma
El plasma es la parte lÃquida de la sangre. Contiene agua, sales minerales, nutrientes, hormonas y proteÃnas. El plasma transporta estas sustancias por todo el cuerpo.
Los nutrientes que transporta el plasma incluyen glucosa, aminoácidos y lÃpidos. La glucosa es una fuente de energÃa para las células. Los aminoácidos son los componentes básicos de las proteÃnas. Los lÃpidos son grasas y aceites que se utilizan para almacenar energÃa y producir hormonas.
Las hormonas que transporta el plasma son producidas por glándulas endocrinas, como la tiroides, la hipófisis y las glándulas suprarrenales. Las hormonas regulan una amplia variedad de funciones corporales, como el crecimiento, el metabolismo y la reproducción.
El plasma también contiene proteÃnas, como la albúmina y la globulina. La albúmina ayuda a mantener el equilibrio de lÃquidos en el cuerpo. La globulina ayuda a combatir las infecciones y a regular el sistema inmunitario.
El plasma es esencial para la vida. Transporta las sustancias necesarias para que las células funcionen correctamente y regula una amplia variedad de funciones corporales.