Porque Un Niño De Dos Años No Quiere Comer
Alimentar a un niño pequeño puede ser una tarea desafiante, especialmente cuando se trata de comidas. Hay muchas razones por las que un niño de dos años puede no querer comer, desde problemas de salud hasta problemas de comportamiento. Si está luchando con un niño quisquilloso para comer, no está solo. Muchos padres han pasado por lo mismo. Pero hay algunas cosas que puede hacer para ayudar a que su hijo coma de nuevo.
Problemas de salud
Una de las primeras cosas que debe hacer si su hijo no quiere comer es llevarlo al médico para descartar cualquier problema de salud subyacente. Algunos problemas de salud, como las infecciones de oÃdo, pueden causar dolor y hacer que sea difÃcil comer. Otros problemas de salud, como la anemia, pueden causar fatiga y hacer que su hijo no tenga ganas de comer.
Problemas de comportamiento
Los problemas de comportamiento también pueden contribuir a que un niño no quiera comer. Por ejemplo, si su hijo es quisquilloso para comer, puede estar evitando los alimentos nuevos o los alimentos que no le gustan. O si su hijo está pasando por una fase de negativismo, puede negarse a comer simplemente porque le está diciendo que no a todo.
Problemas ambientales
Los problemas ambientales también pueden hacer que sea difÃcil para un niño comer. Por ejemplo, si su hijo está comiendo en un ambiente ruidoso o caótico, puede distraerse y olvidarse de comer. O si su hijo está comiendo solo, puede sentirse solo y aburrido. Crear un ambiente tranquilo y relajante para que su hijo coma puede ayudar a que coma más.
Consejos para ayudar a su hijo a comer
Si ha descartado cualquier problema de salud subyacente y ha abordado cualquier problema de comportamiento o ambiental, hay algunas cosas que puede hacer para ayudar a su hijo a comer más:
- Ofrezca a su hijo una variedad de alimentos saludables.
- No obligue a su hijo a comer nada que no quiera.
- Haga que las comidas sean divertidas y agradables.
- Sea un buen modelo a seguir y coma alimentos saludables usted mismo.
- Busque ayuda profesional si tiene problemas para que su hijo coma.
Conclusión
Alimentar a un niño pequeño puede ser un desafÃo, pero hay muchas cosas que puede hacer para ayudar a que su hijo coma más. Si tiene problemas para que su hijo coma, no se rinda. Siga intentándolo y, con el tiempo, su hijo comenzará a comer de nuevo.
Porque Un Niño De Dos Años No Quiere Comer
Los niños pequeños pueden ser quisquillosos para comer.
- Problemas de salud
- Problemas de comportamiento
- Problemas ambientales
Si su hijo no quiere comer, hable con su médico.
Problemas de salud
Algunas veces la causa de un niño de dos años no quiere comer puede deberse a problemas de salud.
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Infecciones:
Las infecciones del oÃdo, la garganta y las vÃas urinarias son comunes en los niños pequeños y pueden causar dolor y malestar, lo que puede hacer que pierdan el apetito.
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Anemia:
La anemia es una afección en la que el cuerpo no tiene suficientes glóbulos rojos. Esto puede causar fatiga, debilidad y dificultad para concentrarse, lo que puede llevar a una disminución del apetito.
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Alergias alimentarias:
Las alergias alimentarias pueden causar una variedad de sÃntomas, como urticaria, hinchazón, dificultad para respirar y vómitos. Si su hijo tiene una alergia alimentaria, es posible que no quiera comer los alimentos que le causan alergia.
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Enfermedad celÃaca:
La enfermedad celÃaca es una afección autoinmune en la que el cuerpo reacciona al gluten, una proteÃna que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno. Los sÃntomas de la enfermedad celÃaca pueden incluir diarrea, dolor abdominal, pérdida de peso y fatiga. Si su hijo tiene enfermedad celÃaca, es posible que no quiera comer alimentos que contengan gluten.
Si le preocupa que su hijo pueda tener un problema de salud subyacente, hable con su médico.
Problemas de comportamiento
Los problemas de comportamiento también pueden contribuir a que un niño de dos años no quiera comer. Algunos ejemplos de problemas de comportamiento que pueden afectar el apetito de un niño incluyen:
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Neofobia alimentaria:
La neofobia alimentaria es el miedo a los alimentos nuevos. Es común en los niños pequeños y puede hacer que se nieguen a probar alimentos nuevos o desconocidos.
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Querer controlar:
Los niños pequeños a menudo quieren tener control sobre su entorno, y esto puede incluir la comida que comen. Si un niño siente que no tiene control sobre lo que come, puede negarse a comer.
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Llamar la atención:
Algunos niños pequeños pueden negarse a comer para llamar la atención de sus padres. Esto puede suceder si los padres prestan mucha atención al niño cuando se niega a comer o si le dan comida especial cuando no quiere comer la comida que se le ofrece.
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Ansiedad:
La ansiedad también puede causar pérdida de apetito en los niños pequeños. Si un niño está ansioso por algo, como ir a la guarderÃa o a la escuela, puede perder el interés en comer.
Si le preocupa que su hijo pueda tener un problema de comportamiento que esté afectando su apetito, hable con su médico o con un psicólogo infantil.
Problemas ambientales
Los problemas ambientales también pueden hacer que un niño de dos años no quiera comer. Algunos ejemplos de problemas ambientales que pueden afectar el apetito de un niño incluyen:
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Ambiente ruidoso o caótico:
Si un niño está comiendo en un ambiente ruidoso o caótico, puede distraerse y olvidarse de comer. También puede sentirse abrumado y estresado, lo que puede llevar a una pérdida de apetito.
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Comer solo:
Si un niño está comiendo solo, puede sentirse solo y aburrido. Esto puede hacer que pierda el interés en la comida y que no quiera comer.
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Hora de comer demasiado temprano o demasiado tarde:
Si un niño está comiendo demasiado temprano o demasiado tarde, puede no tener hambre. Es importante ofrecerle las comidas a su hijo cuando tenga hambre y no cuando a usted le convenga.
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Demasiadas distracciones:
Si hay demasiadas distracciones en el entorno donde el niño está comiendo, puede distraerse y olvidarse de comer. Por ejemplo, si el niño está viendo la televisión o jugando con un juguete mientras come, puede que no preste atención a la comida y que no coma lo suficiente.
Si le preocupa que su hijo pueda tener un problema ambiental que esté afectando su apetito, intente cambiar el entorno en el que come. Por ejemplo, puede intentar crear un ambiente más tranquilo y relajante, ofrecerle las comidas a su hijo cuando tenga hambre y eliminar las distracciones del entorno.